Salamanca, Gto.(16/06/2025).-La medida adoptada por el gobierno federal de desterrar la comida chatarra de los planteles educativos como una forma de reducir los índices de obesidad que existen en educación básica, podría llegar a fracasar si las autoridades locales no actúan en contra de los vendedores ambulantes que se ubican diariamente afuera de los centros escolares.
Tras advertir lo anterior, el representante del Movimiento Democrático Magisterial de Guanajuato, Vicente Díaz Quiñones, reclamó la ausencia del personal de fiscalización y de mercados municipales, así como el desinterés de la propia Secretaria de Salud que no envía personal a verificar el tipo de alimentos que se ofrecen a los menores en el exterior de las escuelas.
En contraparte, las tiendas escolares han tenido que acatar la disposición de Ley que entró en vigor el 29 de marzo y que prohíbe tajantemente la venta de alimentos “chatarra”, lo que ha generado una baja en sus ventas.
Y es que en caso de no atender la medida, la legislación contempla sanciones para directivos de las instituciones educativas del sector público, por lo que las personas que atienden la tienda escolar no han tenido otra alternativa que retirar una serie de productos que están clasificados como “chatarra”.
“La medida es buena, sin embargo hay molestia entre los arrendatarios de las tiendas escolares, y también de algunos directores que no perciben apoyo por parte del gobierno del estado, por parte de la Secretaria de Educación, ni de la Secretaria de Salud , ni de las presidencias municipales, porque mientras se prohíbe la venta de productos chatarra en los planteles educativos, a las puertas de las escuelas ya parece mercado”, explicó el docente.
Incluso, agregó, hay arrendatarios que mejor han decidió dejar las tiendas escolares por las bajas ventas que registran, “mientras los vendedores que se instalan en las afueras de las escuelas elevan sus ventas, sin ningún tipo de inspección Sanitaria y ofreciendo a los menores todo lo que según las autoridades no tendrían que consumir”.
En ese sentido, consideró importante que “más allá de andar viendo la infraestructura escolar”, el personal de salud tiene que sostener constantes reuniones de información con los padres de familia, a fin de generar conciencia sobre una buena alimentación para sus hijos y que dejen de comprar los productos que hoy mantienen a más de 16 millones de niños, niñas y adolescentes con sobrepeso y obesidad.
